Combustible en óptimo estado

En la actualidad los motores de combustión y todos sus mecanismos producen cada vez mayores rendimientos con un menor consumo de combustible.

Estos grandes esfuerzos mecánicos y tecnológicos requieren que todo el sistema de alimentación y motor funcione de forma excelente y bajo estrictas normativas con bajas tolerancias. Es por ello que la calidad y el estado del combustible es un factor muy importante a tener en cuenta tanto en el rendimiento del vehículo como en el cuidado del mismo.

Todos los combustibles líquidos forman depósitos de carbono, lacas y barnices durante su combustión. Estas aglomeraciones no se queman completamente, dejando residuos dañinos sobre los componentes del motor además de aumentar el consumo de combustible.

Los sistemas de inyección actuales, que sustituyeron a los sistemas de carburación, están diseñados para medir de manera precisa la cantidad de combustible entrante al motor siendo la parte más sensible del sistema. Es por ello que la presencia de impurezas aún en pequeñas cantidades, los hacen susceptibles de un mal funcionamiento y de costosas reparaciones.

Igualmente, las válvulas y los puertos de admisión están sujetos a la formación de mayor cantidad de depósitos debido a que éstos operan a mayores temperaturas.

Además de las partículas en suspensión que puede llevar el combustible existen otros contaminantes igualmente peligrosos.

La cera y los lodos dificultan el inicio y provocan la gelificación del combustible, afectando a inyectores, al sistema de filtración, fallos de la bomba y emisiones excesivas.

La contaminación por agua afecta a la oxidación y provoca corrosión en el sistema. Igualmente, pueden proliferar bacterias, mohos y levaduras que afectan y alteran el estado del combustible.

SERVICIO INTEGRAL DE TRATAMIENTO DE COMBUSTIBLE